Que lindo es el ocho. Que lindo es Agosto. Que lindo es San Cristobal. 8 de Agosto, entonces, en la república de San Cristobal, La Musita presenta su primer disco: ¨Cada uno con su rockandroll¨, para toda la gente.
Loco… alto recital el del Indio el sábado. Primero: viajando en auto escuchando el último de Damas Gratis, y obviamente ¨Porco¨ Y ¨El tesoro¨, y tocando bocina cada vez que se avistaba un grupito o caravana de ricoteros por la ruta. Llegamos a Tandil. La niebla casi no dejaba ver las sierras, y la gente se veía feliz al costado de sus respectivos micros o vehículos. Sonaban temas de los Redondos en distintos estéreos, ¨Es hora de levantarse, querido¨ por aquí, ¨Nuotatori Professionisti¨ un paso más tarde, por allá. La noche se hizo presente. Gigantesco se presentaba el hipódromo, mirase para donde uno mirase, la vista no alcanzaba a abarcar las reales dimensiones del lugar, y un escenario a lo lejos orientaba todas las brújulas del corazón. La cerveza y el fernet estaban a buen precio (10 y 15, respectivamente), aunque conseguirlos fuese casi una odisea. Se apagaron las luces y sonó una música característicamente enloquecedora, la presentación con la gravísima voz de un Indio pre grabado y finalmente ¨Pedía siempre temas en la radio¨, mientras toda la gente avanzaba innumerables metros para llegar lo más adelante posible. ¨La hija del fletero¨ fue la primera canción redonda, y le siguieron otros temas igualmente emocionantes a lo largo de dos horas (seguramente la lista de temas rondará por varios sitios desde el lunes). Un colorido espectacular, una real fiesta multitudinaria, lealtad y alegría para cantar y bailar. Así hasta el final, cuando el Indio, que se pasó el recital ofreciendo su mejor perfil histriónico, una notoria preocupación por quienes se apretujaban frente a las vallas y su cariño habitual a quienes lo siguen, cerró con esta frase: ¨El que abandona no tiene premio… nos vemos en San Luis el 27 de Setiembre¨. Dijo Setiembre, sin la ¨p¨.